martes, 3 de noviembre de 2009

El paso del tiempo

Ha muerto José Luis López Vázquez. Excelente artista. Como tal tocó los dos registros de la interpretación: la comedia y el drama. Y en dos momentos: el franquismo y la democracia. En la comedia durante el franquismo ha estado en lo malo (las “españoladas” casposas), que él hizo bueno, y en lo bueno, donde se salió (¿o no es así con El pisito de Marco Ferrari o Plácido de Luis G. Berlanga, por ejemplo?). En el drama, ¿quién puede olvidar sus interpretaciones en Mi querida señorita de Jaime de Armiñán, La prima Angélica de Carlos Saura o La cabina de Antonio Mercero?

Supe hace años, a principios de los 80, que siendo muy joven militó en las Juventudes Socialistas Unificadas, muy vinculadas al PCE. En los noventa me sorprendió su acercamiento al PP. También por los 80 me enteré que Miguel Gila estuvo militando en la misma organización, llegando a ser incluso soldado republicano, razón por la que estuvo un tiempo en la cárcel. En un programa de radio, también de los 80, llegué a escuchar su reconocimiento por Dolores Ibárruri. Por lo que sé, estuvo vinculado al PSOE de Felipe González. El año pasado leí en un periódico salmantino una entrevista a Miguel Cruz Hernández, catedrático de Filosofía y Psicología ya jubilado, y reconocido arabista. En ella declaró que había sido militante de las JSU y soldado republicano. En los años 60 llegó a ser alcalde de Salamanca y después, gobernador de Albacete. Durante la Transición fue nombrado Director General de Cultura. Cuando estudiaba en la Universidad tuve como profesor al conocido prehistoriador Francisco Jordá (llegó a ser miembro del tribunal de mi Tesis de Licenciatura). Corría el rumor de que en su juventud, durante la República, fue anarquista, lo que ha sido cierto. Lo que nos chocaba era su comportamiento en plenos conflictos políticos. Como decano de Filosofía y Letras (antes de mi entrada en la universidad) fue muy duro con el estudiantado y amigo de la represión. En enero de 1980 nos negó que hiciéramos una asamblea (dos manifestantes habían muerto en Madrid por disparos de la policía), razón por la cual nos levantamos de los asientos y nos fuimos de clase, quedándose con él sólo un grupito de gente. Todavía veo su mirada grave según desfilábamos delante de él, antes de traspasar la puerta.

Hace setenta años, en agosto, fue el aniversario de la ejecución de las llamadas Trece Rosas. Eran militantes de las JSU, excepto la mayor, católica, aunque mujer de un militante del PCE.

Es el paso del tiempo. Es el tiempo, el implacable, como canta Pablo Milanés en una canción.