martes, 23 de agosto de 2011

Teatro en la calle


Me gusta el teatro que se hace en la calle. En Salamanca ha sido frecuente poder gozar de ese espectáculo desde hace bastantes años. Cuando estudiaba en la Universidad quedé deslumbrado por la representación que el grupo Els comediants hizo de la obra Sol, solet. Pura fantasía retratando la realidad. Yo mismo participé, allá por 1982 ó 1983, en un acto político contra las centrales nucleares al que le dimos forma de representación teatral, entre lúdica y crítica, recorriendo primero varias calles a ritmo de percusión y poniéndola en escena finalmente en la misma Plaza Mayor. En ella, con Nicolás, José Luis, Mari Leo, Pedro, Chema, Auxi, Pablo, Samuel... Más cercano en el tiempo, en 2002, cuando celebraba su capitalidad cultural, varios rincones de la ciudad fueron escenario de la representación de obras dedicadas a mujeres, reales o literarias, que pisaron sus calles, como María la Brava, Teresa de Ávila, La Celestina o las que, dicen, se enfrentaron a Aníbal. Este verano he podido disfrutar de dos obras que, aunque breves, no han dejado de ser interesantes y merecer el aplauso de la gente: El loco, a cargo de Etón Teatro, dedicada a la figura de Erasmo de Rotterdam: y Salamanca 1900, de Intrussión Teatro, un microfresco de la sociedad de hace un siglo. Teatro en la calle. Vida, historia, realidad. 

Post data de dos días 

El espectáculo callejero de Els comediants tuvo lugar en mayo de 1979 y el acto en el que simulamos una explosión nuclear, en junio de 1983. No hay nada mejor que acudir a las fuentes y, por suerte, dispongo de materiales que lo certifican.