lunes, 23 de abril de 2012

Una primera lectura de las elecciones presidenciales en Francia (1)

La primera vuelta de las elecciones en Francia ha puesto a François Hollande y Nicolas Sarkozy como los dos contrincantes que han de disputarse dentro de dos semanas la máxima institución del país. La diferencia entre ambos, de 1,5%, ha sido menor de lo esperado. También inesperados han sido los resultados obtenidos por la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen, que se ha situado, con el 18%, en tercera posición. Por otro lado, las previsiones del izquierdista Jean-Luc Mélenchon han estado por debajo del 11,1% obtenido, aunque siempre muy por encima de los primeros sondeos. El candidato centrista, François Bayrou, se ha quedado finalmente con el 9,13, lejos de sus resultados de 2007. El resto ha obtenido apoyos bastante modestos: la ecologista Eva Joly, 2,3%; el gaullista euroescéptico Nicolas Dupont, 1,8%; el trotskista Philippe Poutou, 1,1%: la también trotskista, Nathalie Althaud, 0,5%; y el gaullista Jacques Cheminade, 0,25%.

Si se hacen las sumas correspondientes por bloque político, nos da el 43,8% de votos para la izquierda y un 47,1% para la derecha, sin contar el 9,1% del centro. Sumando el centro y al derecha, el 56,3% resultante permite evaluar cómo es el sentir mayoritario de la población. Otra cosa es qué va a hacer la gente dentro de dos semanas. 

Los sondeos (1) que se han estado haciendo en días pasados no sólo se han dirigido hacia la primera vuelta, sino también la segunda, que es la decisiva. Según el sondeo de Logica Busines para RTF, RF, Le Monde y Le Point Hollande sumaría a sus propios apoyos (28,6%) y los del resto de grupos de izquierda (15%) aproximadamente un 6%, proveniente de Bayrou (3%) y Le Pen (3%). Sarkozy, por su parte, sumaría a los propios (27,1%) un 11% de Le Pen y otro 3% de Bayrou. En el caso del sondeo de CSA, Hollande podría recoger un 4% de Le Pen y otro 4% de Bayrou, mientras que Sarkozy haría lo propio con el 9% de Le Pen y el 2% de Bayrou. Un tercer sondeo, de TNS Sofres, permitiría sumar a Hollande 4% de Le Pen y 3% de Bayrou, y a Sarkozy, 8% de Le Pen y 3% de Bayrou. Las sumas  finales serían: Hollande oscilaría entre el 49% (Logica Busines y TNS Sotres) y el 51% (CSA); y Sarkozy, entre el 40% (CSA y TNS Sotres) y el 43% (Logica Busines). Teniendo en cuenta que parte del electorado de esos candidatos ha anunciado su abstención, la ponderación del voto daría vencedor a Hollande, oscilando entre el 53% (Logica Busines), el 55% (TNS Sotres) o el 56% (CSA); Sarkozy, por su parte, se quedaría con el 44% (CSA), el 45% (TNS Sotres) o el 47% (Logica Busines).       

¿Qué puede pasar finalmente? En primer lugar, resulta seguro que los votos de las otras opciones de izquierda irán en su mayor parte a Hollande y en menor medida a la abstención. Otra cosa es lo que ocurra con el electorado de las otras opciones de centro y derecha, que son las que hacen que no exista una correlación directa en los votos por bloque entre las dos vueltas. El desgaste sufrido por Sarkozy ha sido evidente, estando en uno de los niveles más bajos de popularidad habidos en Francia.

Y aunque este factor es importante tenerlo en cuenta, no debemos olvidar que los resultados del domingo han puesto de manifiesto dos cosas: que la ventaja de Hollande ha sido menor de lo esperado, pese a que por la izquierda su contrincante ha estado por debajo; y que Sarkozy se mantenido en el nivel esperado, pese a que por su derecha los resultados han estado por encima de las previsiones. Intentaré explicarme. Hollande puede haber ganado votos que hubieran ido hacia Mélenchon para consolidar su posición. A su vez puede haber perdido votos en el electorado más moderado que han acabado de nuevo en Sarkozy. Esto último, junto con votos que hubieran ido al centrista Bayrou, ha sido la forma de compensar las pérdidas que ha sufrido por la derecha en favor de Le Pen. 

Por lo ocurrido ayer, con cierta sorpresa en favor de Sarkozy y con  mayores apoyos a las opciones conservadoras, considero que Hollande lo tiene menos fácil, si no difícil. A su favor tiene el rechazo hacia la figura de Sarkozy, con un exceso de prepotencia y, ante todo, de imagen de supeditación hacia la política desarrollada por la cancillera alemana Angela Merkel. Los votos de Le Pen, Dupont y Cheminade, que suman el 20%, lo son fundamentalmente de euroescepticismo. Eso explicaría que haya gente que no quiera votar a Sarkozy, como una forma de castigarlo y, en el caso del Frente Nacional de Le Pen, buscando más fisuras en el partido del presidente a la espera de obtener futuros réditos electorales.

Por lo acontecido el domingo me preocupa más la orientación general del voto hacia la derecha y cierto escoramiento hacia la más extrema.  Conviene recordar que la campaña llevada a cabo por Sarkozy tuvo entre sus pilares buscar votos de la extrema derecha y del euroescepticismo. Mucho éxito no tuvo, pero sí sembró de cara al futuro si sale vencedor: una reorientación de la UE en algunos asuntos hacia las fronteras nacionales. Eso explica, por ejemplo, su propuesta de replantearse el acuerdo de Schengen. El otro pilar en que basó su campaña fue defender la política económica del eje franco-alemán llevada a cabo junto con Merkel (ya se sabe, el dúo Merkozy) y la consiguiente imposición de duras medidas de ajuste. El empeño por ilustrar los males de la gestión de los gobiernos de los partidos socialistas tuvo en la figura de Zapatero uno de los personajes más recurrentes. Ahí sí tuvo más éxito, recogiendo a última hora votos moderados que inicialmente parecía que iba a ir a parar a Bayrou o al propio Hollande.

Está por ver qué resultado tendrá esto último de cara a la segunda vuelta y el grado de influencia que tengan los mensajes que lancen los dos candidatos. Sarkozy ahondará en esa dirección que, en última instancia, tiene un fuerte componente nacionalista: reforzar la imagen de Francia como segunda potencia europea, ex aequo con Alemania, y de un país donde la crisis económica le ha afectado menos gracias a su gobierno. Hollande buscará, por el contrario, un mensaje más social y alejado de las medidas de ajuste tan duras como las que pregonan e imponen el dúo Merkozy. Y ahí es donde parte del electorado de Le Pen puede negar el voto a Sarkozy: importantes sectores populares la han apoyado (por ejemplo, el 32% de los obreros) (2). Pero eso es algo que analizaré en otra ocasión.      


Notas

(1) "Pour qui voteront les électeurs de Le Pen et Bayrou au second tour?, en Le Monde, 22 abril de 2012, http://www.lemonde.fr/election-presidentielle-2012/article/2012/04/22/le-pen-bayrou-quels-reports-de-voix-au-second-tour_1689530_1471069.html

(2) IFOP, Encuesta elaborada entre el 12 y el 14 de abril de 2012, resumen ofrecido en “Análisis de la intención de voto”, El País, 22 de abril de 2012.