domingo, 10 de junio de 2012

¡Que se vayan!


Ya llegó. La noticia fue el titular principal de los medios de comunicación desde el primer momento que se anunció por oficialmente el rescate financiero a España. Era esperada. Se llevaba varios días rumiando cómo iba a concretarse la cosa. Ayer el gobierno y cada medio trataron e interpretaron lo sucedido a su manera. El gobierno, en boca del ministro Economía,  De Guindos, en todo momento ha evitado pronunciar la palabra rescate. Algunos medios -de la derecha, por supuesto- reprodujeron en sus titulares las palabras del ministro: “Es un apoyo financiero”. Otros han sido más críticos. En general los diarios conservadores o evitaron la palabra o la camuflaron matizando que era un rescate a los bancos. Esto último fue lo que hizo Público, aunque me imagino que más como una fórmula técnica. Algo parecido hizo Le Monde, el único de los diarios extranjeros que consulté que publicó la noticia en el primer momento. Muy contundente ha sido El País, el que más, que a gran tamaño y en mayúsculas publicó “RESCATE A ESPAÑA”. Con ironía El Periódico de Catalunya se refirió a un “rescate a la española”. El muy psocialista El Plural utilizó el término ridículo hecho de nuevo por De Guindos. El único que ha señalado, que ni pintado, la dimensión de lo que va a ocurrir ha sido Gara, que se refiere al rescate bancario y sus consecuencias, esto es, “aumentará la deuda y traerá más recortes”.

Repito, son los titulares, no el contenido de los editoriales, artículos y opiniones que se están publicando. Pero es que los titulares marcan, en principio, por dónde van los tiros del tratamiento. En general se busca tranquilizar a la gente, casi siempre desde la matización de que son los bancos los protagonistas de las ayudas y/o el rescate. Se dedican más espacios a hablar de los ahorros y los impuestos. El País y El Mundo, por poner dos ejemplos representativos, están haciendo mucho hincapié en ello. Escriben también tímidamente sobre el descenso de los dividendos en las acciones o el recorte en las prebendas de los directivos (sueldos, indemnizaciones...). Sin embargo, se diga lo que se diga, la devolución de los 100.000 millones de euros no se va a hacer a expensas de quienes han provocado el enorme agujero financiero y, además, se han llevado pingües beneficios. Eso está claro mientras sigan en el gobierno los partidos que lo han gestionado o lo gestionan. Son la voz de su amo, cuando no su expresión.

Las consecuencias no son sólo los ahorros, los dividendos o los ingresos de los directivos. Porque cualquiera que tenga dos dedos de frente debe saber que el grupo económico tradicionalmente más poderoso de nuestro país no va a ceder un ápice en status de poder y riqueza. Las ayudas a la banca se pagarán en forma de subida del IVA –que lo paga todo el mundo por igual-, de más bajada de los sueldos del personal de la administración pública –que, como acaba de decir Esperanza Aguirre, no le vota-, de más despidos entre el personal público –primero, quienes están en la interinidad, y luego…-, de más recortes en la sanidad y la educación -con el consiguiente deterioro en derechos sociales y el bienestar general-, de más horas de trabajo –nominales y reales, por norma o encubiertas-, de más años de trabajo antes de la jubilación, de más restricciones en las prestaciones de desempleo, de más recortes en las ayudas a los sectores más vulnerables y, por qué no, de hasta bajada nominal –no sólo real- de las pensiones.

Llevamos dos años de recortes y reformas legales que están limitando los derechos sociales y laborales conquistados. La respuesta social, que existe, es tímida y no está generalizada. La respuesta ante las huelgas generales ha servido de barómetro. Mucha gente sigue creyendo que la salida de la crisis debe ser individual o yerra en el pronóstico, buscando culpables donde no los hay, y minimizando o exonerando incluso a quienes lo son realmente. Esto explica que la respuesta política apenas se haya expresado en una pequeña desviación hacia la izquierda- IU, más concretamente-, castigando duramente al PSOE y dando mayores apoyos al PP.

Es la acción colectiva y solidaria la única manera de salir mejor del pozo donde cada vez nos hunden más. La única. Y eso requiere más esfuerzo para lanzar la energía hacia quienes nos han metido en él. Requiere un cambio metal, romper con la ideología dominante. La misma que lleva a creer que lo principal es enriquecerse, que todo vale, que cada cual va antes que el resto, que los problemas sociales son sólo responsabilidad de quienes los tienen…

Hace años se oía mucho la tonadilla de una canción: “que se vayan, se vayan, se vayan…”. A ver cuándo hacemos que se cumpla.