miércoles, 8 de mayo de 2013

Ir a la huelga, parar la LOMCE


He leído en el número especial de Gaceta Sindical, el boletín digital de CCOO, las razones que dan para ir a la huelga general de la enseñanza convocada para mañana. Están ordenadas en dos bloques: sobre la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad de la Educación) y sobre los recortes presupuestarios.

La LOMCE supone muchas cosas: el haberse hecho a espaldas de la comunidad educativa y desde un diagnóstico parcial e interesado del sistema educativo; la consolidación de los recortes educativos, la degradación de las condiciones laborales de los profesionales de la educación;  la privatización de la educación y el abandono de su consideración  como un derecho fundamental garantizado mediante los centros públicos; la devaluación de la FP; la introducción de mecanismos de evaluación externa segregadores entre el alumnado y  los centros; la eliminación de aspectos educativos relacionados con los valores democráticos y la obligatoriedad de cursar religión o su alternativa; la reducción de las inversiones en educación, la falta de garantía de recursos humanos y materiales imprescindibles, y una mayor privatización de los servicios complementarios; la concepción centralista y el consiguiente enfrentamiento con las comunidades autónomas; la reducción de las competencias de los órganos colegiados y el aumento del poder de la dirección de los centros.

En cuanto a los recortes, iniciados ya durante el gobierno del PSOE e incrementados aún más por el del PP, también existen poderosas razones para ir a la huelga: la eliminación de puestos de trabajo necesarios y el incremento de las ratios del alumnado por aula; la reducción del  personal educativo complementario y la consiguiente repercusión en la integración escolar y en la atención a la diversidad; el aumento de las tasas universitarias, y el descenso del número y la cuantía de las becas; la desaparición de programas educativos; la vulneración de acuerdos laborales que garantizan unas condiciones de trabajo dignas para los profesionales de la educación; el empeoramiento del funcionamiento de los centros, su privatización y el cierre de servicios complementarios; el aumento de la jornada lectiva del profesorado; el recorte de los salarios, que supuesto la pérdida del poder adquisitivo en más de un 25%; el recorte de los derechos sociales y del acceso a la jubilación anticipada y parcial.

Son razones poderosas. Lo que ocurra mañana es de nuevo crucial de cara al futuro.