lunes, 24 de junio de 2013

El ministro Wert las sigue montando

José Ignacio Wert no para de montarlas. De entrada, su calamitoso proyecto de LOMCE clasista, retrógrado y de porvenir ineficaz, si empezara a aplicarse. En nada -o casi nada, por no ser tan categórico, pero es lo mismo- sobre lo que se sustenta va suponer una mejora en la calidad de la educación. En primer lugar, porque parte de premisas falsas, al interpretar mal -y malintencionadamente- el diagnóstico de la situación. Y en segundo lugar, porque las medidas que propone no tienen nada que ver con una mejora real de la educación. 

Veamos algunos ejemplos. Los resultados tan malos según las pruebas PISA no podemos entenderlos sin tener en cuenta de dónde venimos (el franquismo fue catastrófico), la presencia de un elevado número de inmigrantes y lo que se invierte en educación, crónicamente por debajo de la media de la UE y la OCDE. El fracaso escolar en el alumnado de ESO no es ajeno a ello ni a los años de crecimiento económico especulativo en que resultaba más atractivo para determinados sectores trabajar que estudiar. Una muestra: en Baleares y Valencia, comunidades "ricas", a la vez que paraíso de ese modelo, el nivel de fracaso escolar resulta alarmante. Pero hay más: las diferencias entre España y la mayoría de países de Europa occidental, incluyendo a Alemania, Francia y el Reino Unido, son sólo cuantitativas, de algunos puntos por debajo. Lo que resulta cualitativamente diferente es la posición de Finlandia. Pero, ojo, este país, como el resto de países escandinavos ofrecen un modelo radicalmente diferente al alemán: la comprensividad frente a la selección temprana del alumnado, que es hacia donde nos quiere llevar el proyecto de la LOMCE. Siguiendo con los ejemplos, hay uno altamente significativo, que es el principio de equidad. Y nuestro país ofrece unos  niveles mayores en relación a la mayoría de países europeos. Eso supone que el alumnado con menos recursos socioculturales, que son los que potencialmente tienen mayor riesgo de fracaso escolar, superan la media.  

Pues bien, volviendo al señor Wert, la última que ha montado tiene que ver con el requisito de sacar un 6,5 para poder obtener una beca en los estudios universitarios. Esta mañana de ha ratificado y, además, ha soltado una nueva tontería -dicho suavemente-, cual es cuestionar que pueda estudiar en la Universidad quien no saque esa nota. Es decir, que habrá que dudar de numerosas personasde todas las edades, con sus correspondientes títulos universitarios y expedientes medios por debajo de 6,5 que están trabajando en una gran diversidad de profesiones. Menudas sorpresas nos llevaríamos. Por lo que he podido leer, el señor Wert tuvo un expediente académico universitario impecable. Quizás presuma de ello, dejando entrever su elevado complejo de superioridad. El problema viene que con sus propuestas y argumentos demuestra tener un elevado nivel de torpeza y, ante todo, de clasismo. He leído que en el gobierno existe una honda preocupación por la bajísima popularidad que tiene, por lo que están preparando una campaña para lavar su imagen. ¡Lo que nos queda por aguantar!