lunes, 23 de marzo de 2015

Elecciones andaluzas: un comentario a vuelapluma

Hace dos meses Susana Díaz lanzó un órdago de envergadura cuando rompió el pacto de gobierno en Andalucía entre PSOE e IU. Hoy, tras las elecciones puede decirse que le ha salido bien. Defendí en su momento que detrás había una operación política de hondo calado y creo que no me confundido. Hoy los medios de comunicación del sistema, al margen de su línea editorial, la aclaman como vencedora. A ella, no su partido. Olvidan, sin embargo, quién está detrás. Hace unos días un comentarista de un medio conservador -no recuerdo cuál, pero es lo de menos- la calificaba de animal político. Considero que no lo es tal, sino la cara de una operación política que busca desactiva cualquier atisbo de rebeldía social y política que pueda unirse a Grecia con Syriza. El PSOE ha ganado las elecciones, pero sin mayoría absoluta y perdiendo cuatro puntos sobre 2012, cuando su partido quedó como segunda fuerza. El PP se ha derrumbado en votos y en escaños, pero la derecha ha compensado su representación a través de Ciudadanos. Podemos se ha quedado por debajo de las expectativas de la mayor parte de los sondeos y más todavía de las expectativas en el ámbito de estado, donde compite por ser la primera fuerza. IU se ha visto relegada al quinto lugar, perdiendo votos, a favor de Podemos, y sobre todo escaños. Es lo que se buscaba cuando Díaz anunció las elecciones, aprovechando las debilidades de los otros partidos y, sobre todo, forzando la derrota de la izquierda y con ella el riesgo de veleidades políticas alternativas. Porque Podemos se ha quedado muy lejos y a IU se le ha dado un hachazo del que se busca hacerla desaparecer. A ello han contribuido errores graves de ambas fuerzas: Podemos, fuertemente impregnada de soberbia; IU, presa de un pacto de gobierno que se encasquilló hace un año. España no es Grecia y hay algo -no sólo- que lo diferencia: en el país heleno hay una fuerte movilización social. Por eso gente como Díaz resulta tan útil. Ayuda a desmovilizar, mientras consolida el sistema.