jueves, 3 de marzo de 2016

Los yacimientos arqueológicos de Orce




















Cuando se llega a la comarca septentrional de Granada se ven carteles anunciando estar en la tierra de los primeros pobladores europeos. Es un espacio rico en yacimientos prehistóricos, dadas sus características geológicas y ecológicas, otrora, en el periodo del Pleistoceno, con un hábitat muy diferente al actual. Lo que fue durante la primera etapa de la era Cuaternaria un espacio rico en vegetación y fauna, nucleado sobre un lago, se ha acabado convirtiendo en un proceso de algunos cientos de miles de años en otro árido, donde la vegetación esteparia ha relegado a los árboles a la mínima expresión. Fue el escenario donde vivieron homínidos, de naturaleza humana, como van apuntando los descubrimientos de algunos restos fósiles y algunos más de herramientas de piedra. 


En las proximidades de la pedanía de Venta Micena se encuentra ubicado el yacimiento prehistórico más conocido del lugar. A él fueron a parar hace nueve años las cenizas del paleoantropólogo que le dio fama y ha sido protagonista de una polémica científica que aún sigue sin resolver. Josep Gibert llegó allí en 1976 y desde entonces dedicó el resto de su vida a escarbar en las epidermis de la tierra buscando vestigios humanos.  

En los años ochenta seguí las noticias que iban saliendo sobre el conocido como Hombre de Orce. En 1982 el equipo dirigido por Gibert había encontrado en el yacimiento de Venta Micena, en el término municipal de Orce, un fragmento de cráneo al que caracterizaron como humano y una datación en torno a 1,4 millones de años. El descubrimiento compitió, así, con los hallazgos habidos por entonces en Atapuerca (Burgos), donde se había encontrado también otro fragmento craneal, si bien con una antigüedad más reciente, de unos 0,78 millones de años.

La polémica surgió cuando buena parte de la comunidad científica acabó desechando la teoría de Gibert, apostando por que el hueso fósil perteneciera a un équido, dada la existencia de una pequeña cresta en la cara interna del hueso. Con el paso de los años la polémica pareció desaparecer, pese a los intentos de Gibert por mantener su posición, que fue reforzando con nuevos argumentos. Uno de ellos se basó en dos estudios epidemiológicos realizados por especialistas de las universidades de Granada y California, que encontraron restos de albúmina en el hueso. Otro, en la aparición en 1995 de un fragmento molar, datado en torno a 1,25 millones de años, esta vez en Barranco León, también en el término municipal de Orce. Pasados los años aparecieron en ese mismo yacimiento y en el de Fuente Nueva 3 varias herramientas de piedra, cuya datación oscilaba entre los 0,9 y 1,6 millones de años. La aparición en 2006 en la provincia Tarragona de un cráneo humano con una pequeña cresta reforzó la postura de Gibert, algo que fue avalado por Emiliano Aguirre, el primer director del yacimiento de Atapuerca.

Nada de eso impidió que se siguiera descartando el origen humano del cráneo de Orce. Consideraciones como la contaminación del cráneo o la adulteración del dibujo de sus suturas, que el fragmento de molar no es humano o que, en todo caso, no son pruebas concluyentes, siguen estando presentes en buena parte de la comunidad científica. La Junta de Andalucía llegó a prohibir a Gibert que siguiera trabajando en Orce y una vez muerto, en 2007, a su hijo no se le ha concedido permiso para continuar la labor de su padre.

El ayuntamiento de Orce ha apostado fuerte por difundir la relevancia de los yacimientos ubicados en su término municipal y resaltar su antigüedad, lo que explica la leyenda de los carteles. El nombre del Museo recién inaugurado lleva el nombre de quien allá por 1976 llegó al pueblo con el fin de explorar su potencial paleoantropológico y lo sacó al escenario mundial en 1982. Una decisión que también ha vuelto a sacar ampollas, dado lo controvertido del personaje.

Se ha escrito que lo ocurrido con Orce ha supuesto un nuevo paradigma en el tratamiento del debate científico, con una comunidad muy dividida y una creciente importancia de los medios de comunicación, que en muchas ocasiones han tomado partido.

Gibert fue consciente de su soledad en el mundo de la academia universitaria, que, salvo algunas excepciones, le dio la espalda. Pero murió orgulloso de la labor realizada. José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, dos de los directores de Atapuerca, han sabido reconocer sus méritos, pese a haber tenido discrepancias. Invito a ver el documental El hombre de Orce, dirigido por Manuel Navarro, donde, a la vez que se hace un homenaje a Gibert, no se esconde la controversia científica.

Seis años después del fallecimiento de Gibert apareció en el yacimiento de Barranco León un molar humano, al que se le ha dado una antigüedad de 1,4 millones de años. El mundo de la paleoantropología es fascinante. Está lleno de continuas sorpresas, fruto de los continuos hallazgos que van apareciendo y que permiten que cada vez sepamos más.  


Bibliografía orientativa

Carandell Baruzzi, Miquel (2013). “Homínidos, dudas y grandes titulares: La controversia del Hombre de Orce en la prensa española (1983-2007)”, en Dynamis, n. 33 (2), 28 febrero, http://blogs.iec.cat/schct/wp-content/uploads/sites/24/2016/05/article-cientific-llarg-castella.pdf
Gibert Clols, José (2004). El Hombre de Orce. Córdoba, Almuzara.
Gómez, Juan Enrique (2007). “Hombre de Orce, espaldarazo científico”, en Waste, enero,
http://waste.ideal.es/orce-4.htm
Iglesias Diéguez, Alfredo, y Gibert y Clols, Josep (2003). “Orce (1976-2002): Balance de veinticinco años de investigaciones sobre el poblamiento más antiguo de la Península Ibérica, en Gallaecia, n. 22, file:///C:/Users/usuario/Downloads/Dialnet-Orce19762002-633410.pdf
Molina, Eustoquio (1998). “El polémico fósil de Orce: ¿falta de rigor o fraude”, en el escéptico, junio, http://wzar.unizar.es/perso/emolina/pdf/Molina1998Esceptico.pdf