martes, 25 de octubre de 2016

Huracanes del Caribe y desinformación

He ido retrasando escribir una entrada sobre lo ocurrido con el huracán Matthew, que azotó las costas del mar Caribe durante los primeros días de octubre. Entre las muchas noticias que nos dieron los medios de comunicación del sistema, casi todas referidas a Haití, recuerdo una ofrecida en una televisión -creo que Antena 3- en la que aparecía una mujer cubana de mediana edad protestando por la desatención a las víctimas por parte de las autoridades de su país. El País llegó a publicar un artículo del día 5 de octubre, sin que apareciera el nombre del autor, donde se podía leer sobre la ciudad de Baracoa: "Los habitantes de la zona han aprendido desde siempre que las ayudas estatales a los damnificados tardan demasiado, están permeadas por el desvío de recursos y muchas veces no alcanzan para todos".

A través de Cuba Información pude saber que el dispositivo desplegado por las autoridades cubanas había sido nuevamente efectivo y , como en ocasiones anteriores, sin que se hubiera padecido ninguna víctima mortal. Tampoco era nuevo, pese a que fuera un triste contraste, que hubiera habido centenares de personas muertas en Haití y que en EEUU estuvieran en torno a la veintena. 

El día 11 el mismo medio de comunicación publicó un pequeño reportaje en vídeo, también reproducido por escrito, obra de su coordinador, José Manzaneda, y titulado "¿Saben por qué el huracán Matthew causó 500 muertes en Haiti, 20 en EEUU y ninguna en Cuba? Los medios apuntan... a Dios". Invito a verlo, o leerlo, como también a leer el artículo de Vicenç Navarro "Lo que no se dijo en los reportajes sobre el huracán Matthew, que destruyó Haití", aparecido hoy en Público

Sabida es la trayectoria tan positiva que desde hace años se viene desarrollando en Cuba sobre la prevención de este tipo de catástrofes, algo que es reconocido como modélico desde distintas instancias ligadas a la ONU. A todo ello no es ajeno la simbiosis existente entre la actuación de la defensa civil y la solidaridad
de la población, que permite desplazar en poco tiempo a decenas y hasta centenares de miles de personas, para después ser atendidas. 

Y es que los medios de comunicación del sistema siguen en su línea de informar sobre lo que les interesa, y también, de deformar, desinformar y manipular.