sábado, 20 de mayo de 2017

Futuro negro para el PSOE, ocurra lo que ocurra en las primarias del domingo

Mañana, primarias en el PSOE. El resultado, incierto. Si gana Susana Díaz, seguro que una parte de la militancia se dará de baja en el partido. Si lo hace Pedro Sánchez, las viejas glorias y la mayor parte del aparato lo dejarán de lado, forzando su dimisión, una escisión o simplemente abandonándolo a su suerte, como hicieron en Francia con el candidato Benoit Hamon. Y Patxi López, en fin, poco o nada puede hacer, excepto lo que decidan finalmente quienes lo apoyaron al principio, donde caben la fidelidad, que sospecho a la baja, o el decantamiento hacia Díaz o Sánchez. Atrás ha quedado una campaña muy bronca, con muchos excesos, como el triunfalismo de Díaz, el victimismo de Sánchez o el pesimismo de López. Bueno, éste, quizás, el más realista. Una campaña en gran medida surrealista, con cruces de apoyos o de desafecciones en relación a las primarias anteriores e incluso a los apoyos hasta el Consejo Federal de octubre pasado. Unas primarias donde el baremo va a basarse en gran medida en rechazar lo que no se quiere frente a lo que se desea. Campo abonado para el voto estratégico. Lo que venga después, en todo caso, va a resultar un escenario fraccionado y, por tanto, de declive del PSOE, en la línea de lo que está ocurriendo en otros países europeos, léase Francia, Reino Unido, Alemania, Grecia... El social-liberalismo ha sido al final una mala opción para esos partidos.  Un futuro negro le espera, pues, al PSOE.