viernes, 18 de agosto de 2017

Barcelona, nuevo escenario del fascismo yihadista

13 personas muertas, por ahora, y decenas de heridas es el resultado del nuevo atentado yihadista, que esta vez tuvo lugar ayer por la tarde en las Ramblas de Barcelona. Horas después, ya de hoy, en el municipio de Cambrils (Tarragona) han muerto 5 yihadistas por la acción de la policía catalana, cuando habían iniciado un nuevo atentado. El modus operandi de las dos acciones apenas difiere de otros atentados cometidos por grupos yihadistas en las ciudades europeas de Londres, Berlín, Estocolmo y Niza: un vehículo que se lanza a toda la velocidad sobre las personas que transitan por una calle repleta de peatones. Los objetivos, los mismos que desde hace tiempo han manifestado: hacer visible su oposición al mundo occidental, como forma de reivindicar una identidad que sienten que es agredida desde las potencias occidentales. Hace dos años, con motivo del atentado contra la revista Charlie Hebdo, me referí a ello: "Fascismos que se alimentan mutuamente". La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que reivindica una Barcelona "de paz, valiente y abierta al mundo", se ha atrevido a decir que hay que hacer valer que no se tiene miedo, por lo que anima a que la gente salga a la calle y se manifieste para defender. Y es que el fascismo es, entre otras cosas, miedo. Cualquier variante de fascismo.