miércoles, 8 de noviembre de 2017

Las esculturas de "Abraham" e "Isaac", otra rapiña de Franco

Que Francisco Franco fue un dictador, no cabe la menor duda. Que lo fue especialmente cruel, salvo el parecer de sus acólitas y acólitos, tampoco. Que pronto se hizo con una fortuna y al poco de acabar la guerra, quizás se sepa menos, pero fue así (Ángel Viñas: La otra cara del Caudillo, Barcelona, Crítica, 2015). Que se quedó con el Pazo de Meirás, en la provincia de La Coruña, lo sabe mucha gente, pero menos se sabe que lo hizo por lo cara después de un regalo de las autoridades franquistas en 1938 en nombre del concello. Pero lo que sabe bastante menos gente es que dos esculturas que habían pertenecido al Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela, las de "Abraham e Isaac", también fueron apropiadas por el dictador, sin que se se tenga constancia de la transacción. Urge que el Pazo de Meirás pase a ser un bien público y a engrosar por ello los bienes de la Xunta de Galicia. Y lo mismo debe hacerse con las esculturas románicas hechas por el Maestro Mateo entre los siglos XII y XIII. No pueden estar en manos de la familia del dictador. Fueron fruto de su rapiña. La misma que acompañó para violentar a millones de españoles y españolas.